RAMÓN SANTOYO

De Bancos y de FinTechs

3/11/2019

 
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​De Bancos y FinTechs
 
La semana que termina, casi de manera paralela, viví dos facetas de la transformación digital de la banca y finanzas de manera personal.
 
Por un lado, peleaba con un centro de atención bancario para hacer una sencilla aclaración; mientras que por otro, recibía una invitación a obtener una tarjeta de crédito de una FinTech, la empresa de finanzas basada en tecnología, más grande de Latinoamérica: la brasileña Nu Bank.
 
El banco
 
Pese a innumerables llamadas no podían autenticar mi “huella de voz” y de las ocho o nueve preguntas que continuaban habia alguna, no era posible saber cual, que estaba mal.  Esto, después de varios intentos, bloqueaba el sistema y por lo tanto tenía que ir a una sucursal.
 
En la sucursal hubo que invertir algunas horas más.  Pese a que revisé todo con la ejecutiva, cuando ella me comunicaba al centro de atención y algo fallaba.  Después de varios intentos el sistema se bloqueaba y ella tenía que desbloquearlo. Ahí tenia que llamar solo para pedir el desbloqueo.  Logrado esto había que, como en el juego de serpientes y escaleras, pasar a la casilla uno y volver a esperar a que me atendieran la llamada.  El tema se volvió una cosa de honor: tenía que poder comprobar que yo… si era yo.  
 
Otra ejecutiva que veía nuestro sufrimiento sugirió contestar de manera distinta algunas de las preguntas.  Intentamos con distintas respuestas hasta que finalmente pasé el filtro y pudieron atenderme. Resuelta la aclaración decidí aprovechar y cancelar, para siempre, mi tarjeta con ese banco.  Confieso que sentí un gran alivio al poder hacerlo.
 
La FinTech
 
De Nu Bank recibí un correo avisando que su programa “beta”, esto es en período de pruebas, estaba listo y si deseaba continuar.  Contesté que si y me llegó un código el cual coloqué en una App que bajé de internet en ese momento, envié mis datos y la imagen de mi IFE y me autorizaron, en cuestión de minutos, la tarjeta.  Yo elegí mi límite y mi fecha de corte.  
 
Pasados unos días llegó una muy bonita cajita morada con una elegante tarjeta con mi nombre. Hice mi primera compra, por internet, y un segundo después el App me avisó del cargo.
 
Llamé para una duda y me atendieron muy bien.  No hubo huellas de voz y ni necesidad de dar todos mis datos personales una y otra vez, algo incómodo en una época de tanta inseguridad.  Por si fuera poco, la tarjeta no cuesta nada, ni tiene comisión anual.  
 
Nu Bank no es la única que ofrece ese servicio.  Muchas otras FinTech mexicanas ofrecen, bajo un esquema similar, tarjetas de débito: Albo, Flink, Cuenca, Fondeadora e inclusive Rappi, la cual llega, como era de esperarse, rapidísimo.  Funcionan muy bien, son muy sencillas de operar y no cuestan.  Yo he probado todas tratando de encontrarles “peros” y, la verdad, es que no se los encuentro. 
 
Las FinTech han llegado para quedarse.  Poco a poco van ganando mercado y atenderán nuestras necesidades financieras.  ¿Su secreto?  Atender bien a sus clientes, ahorrarles tiempo y dinero y, ¡por lo que mas quieran!, no hacerlos ir a sucursal.
 
¿Has tenido buenas o malas experiencias con FinTechs? Cuéntamelas.
 
Ramón Santoyo


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